Durante la Feria del Libro Feminista LILA 2025, realizada en el Centro Cultural La Moneda, se desarrolló el conversatorio “Sexismo y racismo en redes sociales, medios y publicidad”, un espacio impulsado por La Morada en el marco del Proyecto Periplo.
La actividad reunió a Emilia Gutiérrez (Migrasha), Fabiola Gutiérrez (Corporación Humanas y Red de Periodistas Feministas), Gabriela González y Fernanda Budrovich (La Morada), junto a Diosceline Camacaro Martínez, periodista y vocera de la Red de Periodistas Migrantes.
La conversación permitió reflexionar sobre cómo el racismo y el sexismo se manifiestan en los medios, la publicidad y las redes sociales, y cómo estas expresiones inciden en la construcción de los imaginarios colectivos.
Uno de los casos analizados fue la campaña de Falabella por el Día de la Madre (2025), protagonizada por la modelo afrodescendiente Marianne Painelli (italo-cubana) que generó una ola de comentarios racistas y sexistas en redes sociales. Las panelistas coincidieron en que las reacciones de odio frente a una imagen diversa revelan un racismo estructural persistente y una profunda resistencia cultural a reconocer la pluralidad que habita Chile.

Desde una mirada feminista e interseccional, las participantes destacaron que la publicidad y los medios no solo informan o entretienen, sino que producen representaciones sociales y con ello estereotipos. En Chile, esas representaciones siguen privilegiando la blancura y la estética europea como sinónimo de belleza, éxito o identidad nacional, mientras las mujeres migrantes y afrodescendientes aparecen como figuras marginales, exóticas o invisibles.
También se abordó el fenómeno del odio digital, donde el sexismo, el racismo y la xenofobia se amplifican en redes sociales. Sin embargo, las expositoras subrayaron que estos espacios también pueden ser herramientas de resistencia y articulación colectiva, desde donde se pueden disputar los discursos dominantes y promover representaciones más justas e inclusivas.
El conversatorio cerró con un llamado a repensar el papel de las comunicaciones en la construcción de una sociedad democrática y diversa. Como concluyeron las participantes, “no basta con aparecer en una campaña publicitaria: es necesario transformar las estructuras que sostienen la exclusión”.
En un país donde el racismo y el sexismo aún marcan la vida pública, este encuentro dejó claro que la comunicación también puede ser un territorio de cambio y un espacio para nombrar, visibilizar y dignificar todas las voces.
