Por Andrés Orozco. Estudiante de Periodismo, Universidad Bernardo O’higgins
En este 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, los datos disponibles muestran una realidad compleja para los migrantes en Chile, que según el último Censo (2024) realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se estima en 8,8 % de la población total del país.
Aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) establece que todas las personas gozan de derechos y libertades sin discriminación —incluyendo igualdad ante la ley, personalidad jurídica, seguridad, libre circulación y acceso a derechos sociales—, se evidencian brechas en la percepción pública y en el acceso a derechos fundamentales.
Según el informe Claves Ipsos (junio, 2025), el 67% de la ciudadanía chilena reconoce que migrar es un derecho humano, pero solo un 44 % apoya que el Estado garantice los derechos humanos de las personas migrantes, incluso cuando no cuentan con una situación migratoria regular. Esta diferencia se amplía al observar que solo un 40% cree que el Estado debe asegurar acceso a salud y educación para la población migrante.
Las opiniones de las personas migrantes encuestadas también revelan contrastes relevantes: un 72% considera que Chile puede beneficiarse de la migración, mientras un 63% afirma que el Estado debería garantizar servicios básicos como salud y educación. A la vez, un 53% declara haber experimentado discriminación en el país.
Por otro lado, la percepción sobre el rol de los medios también es significativa: el 56% de la población cree que estos proyectan una imagen negativa de las personas migrantes, influenciando el clima de opinión pública.
Para David Arboleda, presidente de la Red de Periodistas Migrantes, es importante conocer estos datos, ya que reflejan también el contexto donde prolifera la desinformación. “Desde la organización, recordamos que nuestro compromiso es seguir defendiendo la dignidad, la verdad y la igualdad. Migrar es un derecho humano, y garantizarlo es una responsabilidad de todos los estados, en diferentes ámbitos y sin condiciones”, señaló.
Sumado a lo anterior, el sistema de visas y permisos en Chile no se ajusta a la realidad social de la migración forzada, impulsando situaciones de irregularidad que luego se instrumentalizan en el debate público, como ocurre con las campañas electorales. Sin duda, un desafío que requiere de mayor disposición e implementación de una política migratoria con perspectiva de derechos humanos .
Así, mientras la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma su carácter universal e inalienable, en el marco de esta conmemoración se enfatiza la importancia de fortalecer un enfoque basado en la dignidad y la no discriminación para abordar las brechas que aún persisten.
